En
un país contradictorio como es la argentina, en el que se defienden los
valores pero se sonríe a los pequeños delitos (vivezas) las
contradicciones presidenciales reflejan la cultura de una sociedad sin
fuertes raíces.
En
este sitio podemos ver la diferencia entre lo que se dice y lo que se
hace. Nuestros gobernantes no dejan de hablar de la pobreza y las
necesidades del pueblo, pero lo que se observa es un país donde las
diferencias económicas son cada vez mayores. Tenemos una gran cantidad
de personas pobres que mueren por enfermedades que habían sido
erradicadas, niños que mueren de hambre y familias que viven en la calle, mientras tanto, nuestra presidente compra tierras, inaugura
hoteles propios y muestra una forma de vida digna de la realeza mas
distraída y alejada de su pueblo.
Por
otro lado, ella trasmite la idea de que vivimos en un país democrático,
cuando en realidad los jueces, las fuerzas de seguridad, los fiscales y
todos aquellos que deberían garantizar nuestros derechos en muchas
oportunidades no actúan por haber sido comprados, o simplemente por
miedo a las represarias. En un país en el que la presidente dice
defender los derechos humanos se lleva adelante una ley que apoya el
aborto. Nuestra presidente en todos sus discursos habla de igualdad y
beneficia a un grupo empresario de amigos, habla de libertad y trata de
destruir a cualquier precio a aquellos que piensan distinto, también
habla acerca de la libertad de prensa y trata de controlar y regular toda
la información. La presidente nos dice apoyar y promover la educación,
cuando en realidad regala millones de netbook sin que exista un plan
educativo para incorporar y enseñar a todos nuestros chicos deberes,
derechos y valores.
FUENTE: MILAGROS BERTO